Es frecuente relacionar la aparición de dolor de espalda con una lesión estructural que los produce, y sí, en algunos casos estamos en lo cierto, pero lo más habitual es que sean nuestros hábitos diarios los que más problemática acarrean.
1. Posturas mantenidas en el trabajo
Una de las principales causas de dolor de espalda hoy en día es la sedestación prolongada. Los trabajos son cada vez mas sedentarios, pasamos muchas horas frente al ordenador, sumado al estrés del día a día hace que nuestro cuerpo adopte una posición de acortamiento.
Al mismo tiempo se genera una pérdida de tono muscular.
2. Vida sedentaria y dolor de espalda
Cada vez es más difícil mantener una vida activa al salir del trabajo. Es cierto que muchas veces el agotamiento no es solo mental, también físico, ya que el cuerpo a pesar de no estar haciendo un gran esfuerzo, sí está manteniendo la misma posición durante horas y eso produce fatiga.
La fatiga muscular es sinónimo de dolor.
Esta fatiga la relacionamos con cansancio físico, pero realmente es todo lo contrario. El tejido necesita vascularizarse. Si conseguimos reunir ánimo y hacer un poco de ejercicio, del tipo que sea, automáticamente nos encontramos con más energía. Hacer ejercicio libera dopamina, serotonina y endorfinas por lo que también aumentará nuestro ánimo y reducirá la ansiedad y el estrés. Todo esto ayudando a reducir ese posible dolor de espalda.
3. DEBILIDAD MUSCULAR
La musculatura necesita tener un buen tono para dar estabilidad a la articulación y mantener una buena postura a lo largo del día y en todas las actividades de nuestra vida diaria.
La inestabilidad provoca dolor de espalda.
No tenemos que confundir un buen tono muscular con un músculo hipertrófico, o lo que es lo mismo, no es necesario un cuerpo muy musculado para tener un buen tono muscular.
4. ESTRÉS Y DOLOR DE ESPALDA
El estrés no solamente ocasiona cambios metabólicos, dificultad para conciliar el sueño o tener un buen descanso.
También repercute directamente en el diafragma, músculo encargado de la respiración, debido a su función y posición anatómica tiene relación directa con las cadenas musculares y fasciales, generando cambios posturales y adaptaciones musculoesqueléticas. Lee más sobre el diafragma
5. FUNCIÓN DIGESTIVA E INTESTINAL
Las digestiones lentas y pesadas repercuten en el diafragma y en la movilidad del estómago, lo que genera tensiones fasciales y ligamentosas que afectan a nuestro sistema musculoesquelético, pudiendo ocasionar dolor de espalda.
Ocurre lo mismo con el intestino, la sedestación prolongada, la falta de ejercicio facilitan la aparición de estreñimiento, lo que se traduce en una pérdida de movilidad intestinal y congestión visceral.
Si todas estas situaciones se mantienen en el tiempo podemos provocar lesiones más serias como protusiones, hernias, favorecer la aparición de enfermedades degenerativas, cardiovasculares o neurológicas.
Si tenemos todo esto en cuenta, podemos tomar conciencia de la importancia que tienen nuestros hábitos de vida para prevenir lesiones y dolor.
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Como ya sabes, consideramos que es fundamental que cada paciente entienda su patología y conozca el origen de sus dolencias. Esperamos que este post haya resultado de ayuda y si tienes cualquier duda nos puedes escribir un comentario o mandar un mensaje a través de nuestro formulario de contacto